sábado, 28 de enero de 2012

LAS CUATRO BASES DE UN BUEN SEXO

LAS CUATRO BASES
DE UN BUEN SEXO

Por el Dr. Oscar Espino
Urólogo & Médico Sexólogo
Enero 28, 2012
Managua, Nicaragua


LAS BUENAS BASES HACEN LA DIFERENCIA
En el año 1972 todos los nicaragüenses sin excepción esperábamos tener una feliz navidad y un próspero año nuevo, cuando de repente a la medianoche del viernes 22 de Diciembre un enorme terremoto nos estremeció. Y recuerdo que, por mi condición de “cuasi médico”, pues estaba en los últimos años de mis estudios de medicina, sentí mi obligación profesional y rápidamente me preparé para marchar a Managua esa misma noche a ver en qué podría ayudar con mis pequeños conocimientos de medicina y cirugía de entonces. Viajando en un camión del Departamento de Carreteras llegué a Managua, al patio de la Iglesia Las Palmas, ese mismo que actualmente tiene, en donde yacían sobre las bancas de la iglesia una multitud de hombres, mujeres y niños golpeados, fracturados, heridos, sangrantes, y las ambulancias que llegaban continuamente a dejar cada vez más y más pacientes. El cuadro era desgarrador. Pero entre tanta confusión vi a un hombre de aspecto sencillo y rostro sonriente y caritativo, un Jesús Moderno, que con su porta-aguja y su hilo de sutura en mano, daba puntadas y puntadas sin cansarse cerrando heridas y administrando analgésicos. Era el Dr. Alfredo Cardoza ante quien me puse a la orden, y sin conocerme, sin saber quien era yo, con palabras humanas me indicó que procediera a ayudar en lo que pudiera, y quizá no hice todo lo que hoy yo pudiera hacer con lo que mi experiencia me ha dado, pero traté de servir hasta donde mis habilidades me lo concedieron. El terremoto me permitió aprender cosas que no sabía sobre el manejo de las heridas; pero cada día de mi vida recuerdo que lo mejor que aprendí ese día fue el ejemplo que me dio el Dr. Cardoza de lo que era ser un gran doctor y un gran maestro. Más tarde, al caminar por las calles abandonadas de Managua, observé con detenimiento las casas y edificios dañados por la fuerza de la naturaleza y me llamó mucho la atención que unos cayeron y otros no, estando ubicados contiguamente, y que algunos de los que cayeron tenían aspecto de ser lindas obras de la ingeniería moderna de ese entonces con arquitecturas elegantes y fachadas bien hechas y atractivas. Unas edificaciones quedaron casi intactas, con apenas ligeras hendiduras, y otras quedaron incólumes, bien erguidas, como la frente del gran Caupolicán de la poesía de Rubén Darío. ¿Qué hizo la diferencia? La respuesta es exactamente la misma razón que permite que un boxeador en el cuadrilátero se sostenga más tiempo que su contrincante: la preparación de las piernas. Cualquier ingeniero estructural le puede asegurar que no importa cuán bello se vea un edificio, si sus bases son débiles, caerá como un fardo tarde que temprano. La cimentación es importante por que es el grupo de elementos que soportan a la superestructura y por esa razón lo que consume más energía y talento en todo, escuche bien, en todo, es la formación de las bases, fundamentos o cimientos. Los buenos profesionales son aquellos que entienden bien los conocimientos básicos de la ciencia que aprendieron. Si no se entienden bien las bases, lo demás será sólo conocimiento vacío que te puede conducir a malas prácticas. ¿Qué tenían los edificios terremoteados que a pesar del sismo de magnitud 6.2 en la escala sismológica de Richter no cayeron? Con toda seguridad les digo que lo que tenían eran buenas fundaciones, buenas bases y buenas estructuras. Y en forma análoga, ¿qué tiene una buena ejecución sexual? Pues similarmente tiene buenas bases y buenas estructuras. Cuando escribí mi segundo libro, pregunté a muchos señores de edad sobre el acto sexual perfecto y todos me aclararon que por los años de práctica eran grandes maestros, y no lo dudo, ni lo dudé nunca, pues ya lo dice el conocido dicho de que más sabe el diablo por viejo que por diablo; y es más, me aproveché de sus conocimientos prácticos para mejorar gratuitamente mis escritos y mi propia vida. De hecho, yo mismo lo he experimentado, pero también he atendido parejas que aún a los tres meses de casados no habían consumado el matrimonio por no saber qué hacer. ¡Inaudito! Y en esto estoy plenamente de acuerdo con la Dra. Ruth Westheimer, quien considera que aún en los Estados Unidos, aunque parezca increíble, todavía existe analfabetismo sexual, algo que también es válido para la mayoría de los países del mundo. En mi programa de televisión El Doctor del Sexo, que realizo con el más destacado presentador de talk shows de Nicaragua, el Lic. Dino Andino, los mismos televidentes que participan planteando sus problemas sexuales nos han confesado públicamente su desconocimiento sobre varias facetas de la sexualidad humana y han resaltado el gran aporte educativo nuestro en este campo; algo que nos colma de satisfacción pues nos permite darnos cuenta de que estamos llenando un vacío ayudando a la gente a mejorar su sexualidad y por consiguiente a obtener una vida más saludable. Recordemos que una persona informada es una persona que comprende mejor su problema y responde mejor a los tratamientos. Y la ejecución del buen sexo tiene sus bases, sobre las que estriba toda la vida sexual de la mujer y del hombre, de las cuales vamos a hacer una exposición detallada a lo largo de este capítulo.
EL VIGOR CORPORAL
Es muy conocida la frase del gran Juvenal Mens Sana in Corpore Sano, de la que hablé bastante en el capítulo 3 ¡Nadie Quiere Sexo Estando Enfermo! Pues bien, como usted sabe, dicha frase significa la necesidad de que exista un equilibrio entre la mente y el cuerpo, sobrentendiéndose que una mente sana debe cohabitar en un cuerpo físicamente sano. Y traigo a colación esta frase, porque en mi práctica diaria de la medicina sexual me he encontrado con muchos casos en los que se ha perdido la correspondencia entre el vigor sexual y el vigor corporal y puedo replantear la célebre expresión del gran Juvenal diciendo Vigor Sexual en Vigor Corporal. Y no es una sátira del gran poeta romano, sino que es una enorme tragedia de un pobre hombre, que disfrutando de una formidable potencia sexual con rigidez peniana envidiable por muchos jóvenes, repentinamente sufre de un cuadro de debilidad en el que las fuerza musculares le flaquean y la respiración sofocante le exprime el pecho, las cuales convergiendo se aúnan pavorosamente, dejándolo exánime y débil, sin poder continuar para alcanzar el deseado momento culminante del orgasmo. Y dicha tragedia radica en que hay hombres impotentes sexuales porque portan factores de riesgo que los agobian, y que en muchos casos son factores no modificables; pero éste, en el que el hombre ni sufre la impotencia ni tiene tales factores de riesgo y que, todavía padezca de una cuestión que es enteramente modificable ¡Claro que es una tragedia! Usted debe saber, sea mujer o sea hombre, que el vigor sexual tiene que cohabitar con el vigor corporal, y que éste es el cimiento número uno sobre el que descansa la superestructura de la sexualidad: Vigor Sexual en Vigor Corporal. Y eso tiene que ver con dos factores, la indemnidad estructural en lo que se refiere al estado de salud de cada una de las estructuras anatómicas que tienen que ver con la relación sexual, y la capacidad funcional, que tiene que ver con la habilidad de llevar a cabo la práctica de la sexualidad.
Evidentemente el vigor sexual depende de la indemnidad de todos y cada uno de los órganos y tejidos involucrados en la fisiología de la erección del pene, desde el principio hasta el fin, desde la idea que enciende el deseo hasta la antigua fase de resolución que describieron Masters y Johnson Los órganos que constituyen el centro vital de la sexualidad humana son el sistema nervioso central y periférico, el eje hipotálamo-hipofisario-gonadal, el aparato cardiovascular y los genitales. Aunque considero que la mejor forma de entender ese centro vital es bajo una comprensión holística, puedo interpretar lo que muchos afirman diciendo que el cerebro es el principal órgano sexual, ya que de hecho, varios centros cerebrales están involucrados en la función sexual. Estudios en animales utilizando diversas técnicas, como por ejemplo, las inyecciones del virus de la pseudorabia porcina utilizado como rastreador neuronal o la estimulación eléctrica del nervio dorsal del pene, han identificado el área pre-óptica medial y el núcleo paraventricular del hipotálamo como centros importantes de integración para la función sexual y la erección del pene, de tal forma que, las lesiones de esas áreas limitan las copulaciones y algunos procesos patológicos en dichas regiones como la enfermedad de Parkinson o los accidentes cerebrovasculares frecuentemente están asociados a disfunción eréctil. Algunos estudios de imagenología modernos como el tomógrafo de emisión de positrones y la resonancia magnética funcional han permitido entender mejor la actividad cerebral durante la excitación sexual pudiéndose detectar que el estímulo visual erótico activa varias regiones del cerebro como la corteza temporal, correspondiente a la sien, y la región occipital derecha correspondiente a la nuca. Incluso, un estudio conducido por el Dr. Francesco Montorsi, del Departamento de Urología de la Universidad Vita-Salute San Raffaele de Milán, Italia, publicado en la revista International Journal of Impotence Research, 2003, utilizando estos nuevos medios, apomorfina y el estímulo visual erótico, ha sugerido que la impotencia sicogénica puede estar asociada a una causa orgánica subyacente del cerebro. El eje hipotálamo-hipofisario-gonadal regula la actividad de las gónadas, o sea, de los testículos en los hombres y los ovarios en las mujeres y su función depende de varias hormonas. Las alteraciones de dicho eje causan disminución sanguínea de las hormonas sexuales. La función gonadal normal garantiza la ejecución de la misión reproductiva y sexual del ser humano. El pene es un órgano básicamente vascular y refleja las mismas alteraciones que tienen las arterias y venas de todo el cuerpo humano y de hecho como mencioné en el capítulo 3 sobre la impotencia sexual, ésta es un heraldo de enfermedad de la arteria coronaria. Las lesiones estructurales del pene, como cicatrices y endurecimientos, pueden afectar la elasticidad de los cuerpos cavernosos con lo que se disminuye su capacidad de receptáculo sanguíneo al momento de la excitación sexual dando lugar a erecciones de poca firmeza.
El vigor corporal tiene que ver con la capacidad funcional o la habilidad de poder llevar a cabo la práctica de la sexualidad, que incluye las capacidades perceptivo-motrices y físico-motrices, entre las cuales están la respiración, la relajación, la coordinación, la resistencia, la fuerza, la velocidad y la flexibilidad. Para que toda esa lista de habilidades funcione correctamente, la persona, sea mujer o sea hombre, debe comprometerse en el entrenamiento constante que garantice el mantenimiento de músculos fuertes y resistentes y una coordinación nerviosa y motora óptima para desarrollar las acciones. Si bien es cierto que el acto sexual requiere de un gasto energético poco significativo que anda de entre tres a cinco Mets, también es cierto que las muertes durante el mero acto sexual o dos horas después del mismo, están significativamente relacionadas a la condición física del sujeto, por lo que se debe hacer hincapié en la necesidad de mantenerse en forma todo el tiempo, para evitar un desenlace fatal, particularmente en el caso de hombres de edad avanzada. Las estructuras anatómicas involucradas en el acto sexual son múltiples, y podría asegurar de que en realidad, al igual que en el ejercicio de la natación, están envueltos literalmente hablando todos los órganos y sistemas del cuerpo humano, de tal manera que, para lograr una buena ejecución, todo el organismo debe estar en condiciones normales, tanto anatómicas y estructurales como funcionales. Eso significa que tanto el hombre como la mujer deben ir al médico con regularidad para una revisión sistemática de su estado de salud en general y después de los cincuenta años, de su sistema cardiovascular y óseo-articular en particular, debiendo mantenerse en el peso adecuado a su estatura valorado por el Índice de Masa Corporal y controlándose los niveles de glucosa en la sangre en el caso de las personas que padecen diabetes mellitus. Existen dos mitos altamente nocivos y perjudiciales para las personas de la segunda y tercera edad: el primero es que la sexualidad es un privilegio exclusivo de los jóvenes, y el segundo es, que los deportes no son para los viejos. ¡Falso! Puedo asegurarles que todo eso es absolutamente falso de toda falsedad. En relación al primer mito, afortunadamente hoy, por los avances de las investigaciones médicas sabemos que la sexualidad es un componente esencial en la vida de los seres humanos y que las personas mayores seguimos interesadas en el sexo, sin que ello suponga una anormalidad ni una desviación. Ciertamente que uno no pierde sus cualidades genéricas de hombre o mujer por el solo hecho de envejecer y se continúa manteniendo un interés por el sexo, totalmente legítimo y saludable. En relación al segundo mito, aunque los médicos reconocemos los cambios en órganos, tejidos y células provocados por el envejecimiento, también sabemos de los beneficios físicos, sicológicos y sociales del deporte en la salud y la calidad de vida del ser humano de cualquier edad, desde que nace hasta que muere. Precisamente en el segmento de personas mayores, que yo personalmente denomino de “mujeres y hombres dinámicos”, el deporte ayuda en una larga lista de cosas v.gr., control del peso corporal y disminución de la grasa; incremento de la fuerza, flexibilidad y densidad ósea; mejoría de la ventilación pulmonar y el consumo máximo de oxigeno con disminución de la frecuencia cardíaca y la presión arterial y mejoría del perfil de lípidos; produce una mejoría de la auto-estima y la imagen corporal y disminuye el estrés, la ansiedad, el insomnio y el consumo de medicamentos; y produce una mejoría de las funciones cognitivas y de la socialización. Los médicos recomendamos ejercicios físicos moderados, como danza aeróbica, ping pong, golf, voleibol, caminatas, levantamiento de pesas, guanteo boxístico moderado, cuido del jardín, caminar para encender el televisor sin usar el control remoto, subir escaleras, etc. Este tipo de ejercicios y actividades deportivas establecen una mayor comunicación con la salud y el erotismo.

EL PESO CORPORAL
Como una consecuencia de todo lo expuesto arriba llegamos a otro fundamento de la buena ejecución sexual o del buen sexo: el peso corporal. Este cimiento implica el mantener un peso que permita moverse o utilizar los miembros con facilidad y soltura y definitivamente es muy sencillo de comprender. Veamos, si usted conduce un carrito compacto, tres cosas les son fáciles de hacer: detenerlo, aparcarlo o empujarlo. Si conduciendo su carrito se cruza un niño en el camino, usted puede detener su carrito con mayor facilidad que si manejara un furgón; si hay que aparcarlo, alcanza en cualquier lado y si falla el acumulador, lo echa a andar con un pequeño empujón. Eso tiene que ver con las leyes de la física relativas a los cuerpos en movimiento. Ahora, ya sea para mover un cuerpo si está en reposo o detenerlo si está en movimiento se requiere de un gasto de energía, que se define como la cantidad de energía expresada en litros de oxígeno o en la unidad de trabajo joule, consumida por el organismo en el curso de una unidad de tiempo para realizar una acción o completar una función determinada. En el caso del cuerpo humano con vida, el gasto energético tiene dos componentes: la energía que se gasta para mantener las funciones básicas como la respiración o el bombeo del corazón, que se denomina energía basal y la energía que se consume por la actividad física que se realiza y ambos componentes están evidentemente ligados al tamaño y peso corporal, de tal manera que el trabajo durante el acto sexual es mayor a mayor peso corporal se tenga, lo que significa mayor esfuerzo físico, mayor consumo de oxígeno, mayor trabajo del corazón expresado en aumento de la frecuencia cardiaca y mayor cansancio y necesidad de inspirar aire y mayor probabilidades de sufrir un evento cardiaco durante el mismo acto o dos horas después del mismo. Por tal razón considero al peso corporal la segunda base o cimiento en que debe descansar la ejecución de un buen sexo. Todo esto pareciese redundante, porque usted podría decir ¿y qué de nuevo ha dicho Espino con tanta palabrería? Cualquiera sabe que es mejor estar delgado y fuerte para realizar con mayor soltura el sexo. El problema está en que uno ve por las calles cada día más gente de todas las edades caminando tranquilamente con cuerpos de manzana y cinturas enllantadas, altamente grasosos, y los estudios epidemiológicos sobreabundan en datos sobre los altos y pavorosos índices de obesidad mundial que revelan un desconocimiento de las causas o de los factores de riesgo del sobrepeso, la patofisiología de la obesidad, el valor nutritivo de los alimentos, el impacto de la obesidad sobre la función cardiovascular y la toxicidad sexual de la acumulación de manteca en los tejidos. La gente debe tener conciencia de que la obesidad es un enemigo furibundo de la vida en general y del sexo en particular. Fíjese bien en esto que le voy a decir: “los carbohidratos y azúcares engordan, la grasa tapa sus arterias”. Enfatizo esto porque desde hace algunos años se ha achacado a la grasa la causa de todos los problemas de sobrepeso y obesidad, pero se ha hecho de una forma tan dirigida hacia las carnes gordas que el azúcar se coló por un pequeño agujero sin que nos diéramos cuenta y está causando enormes estragos casi impunemente. Y asómbrese, el maíz, reconocido alimento básico de prácticamente todas las culturas del continente americano está muy relacionado a los aumentos de triglicéridos en el cuerpo humano. Actualmente el maíz, cuyo nombre proviene del término mahíz que era como los aborígenes de la isla de Haití llamaban a este cereal, cuya traducción sería algo así como el que sustenta la vida, científicamente denominado Zea Mays, constituye el tercer cereal más cultivado en el mundo después del trigo y el arroz y se le reconoce un alto valor nutritivo debido a su elevado contenido en hidratos de carbono, grasas y proteínas, así como de vitaminas y minerales diversos. No contiene gluten por lo que puede ser consumido por los que padecen enfermedad celíaca o intolerancia al gluten de trigo y centeno; pero es deficiente en lisina y triptófano, dos aminoácidos esenciales y en calcio. Por su alto contenido en azúcares y almidón, y su altísimo nivel de consumo simultáneo en sus diversas formas se convierte en una causa importante de aumento de los triglicéridos en la sangre con el consiguiente riesgo sobre la salud en general. Observe usted un menú típico nicaragüense: indio viejo (guiso de maíz con carne) acompañado de tortilla de maíz y un refresco de pinolillo (bebida a base de maíz y cacao) ¡Todo maíz! Por favor, ¿cuánta carga alimenticia de triglicéridos? ¿Se ha fijado usted, que en algunos reportes de exámenes de laboratorio clínico, al investigar la química sanguínea colocan abajo un letrero que dice: suero lipémico? Escuche bien lo que le voy a decir, en condiciones normales el suero, que es uno de los componentes de la sangre, es de color amarillo brillante. Cuando se dice que el suero está lipémico es porque se ha tornado blanquecino o lechoso, esto se debe generalmente a una elevación exagerada de los triglicéridos en la sangre. Pero a veces se acompaña de colesterol también. Por eso algunos dicen que los triglicéridos espesan la sangre mientras el colesterol tapa las arterias y ambas en conjunto constituyen un dúo mortal. Existen dos palabras que se han hecho muy comunes en nuestra vida: colesterol y triglicéridos. Pues bien, en bioquímica los lípidos son compuestos orgánicos que resultan de la unión de un ácido con un alcohol. El colesterol es un lípido que se encuentra en altas concentraciones en el hígado, médula espinal, páncreas y cerebro y es imprescindible para la vida por sus numerosas funciones, v.gr., es un componente muy importante de la membrana celular y las cubiertas de las fibras nerviosas; es la fuente de la vitamina D, esencial para el metabolismo del calcio; es precursor de las hormonas sexuales, de las hormonas corticoesteroides y de las sales biliares que intervienen en la digestión de los alimentos grasosos; y por último es precursor de las balsas de lípidos que se sabe intervienen en gran número de funciones celulares como la comunicación entre células y la cicatrización de las heridas. Sin embargo, actualmente se reconoce con amplitud el papel causal del colesterol en la patogenia de la arteriosclerosis. De esta manera, la existencia sostenida de niveles elevados básicamente de colesterol LDL, popularmente conocido como colesterol malo, por encima de los valores recomendados, incrementa el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares, principalmente infarto del corazón, hasta diez años después de su determinación, tal como lo demostró el estudio Framingham iniciado en 1948. El colesterol se encuentra únicamente en los animales. Los vegetales tienen otro componente de membrana que les da estructura a las células, similar al colesterol, que se llama ergosterol y que no se deposita en las arterias. Oiga bien, ningún aceite contiene colesterol, por lo que, poner en el envase del aceite no contiene colesterol solamente es un recurso de mercadeo. Y lógicamente los productos animales tienen colesterol, como todo tipo de carnes rojas, carnes blancas, animales de caza, vísceras, lácteos y derivados como el helado, quesos, huevos y yogures (excepto los totalmente descremados). Los alimentos con mayor contenido en colesterol son los embutidos como el chorizo y el salami, los fiambres, vísceras, yema, piel de pollo, manteca y quesos de alta maduración. Ningún vegetal o derivado contiene colesterol, ni el aguacate, ni el coco, ni las nueces, ni la margarina, ni las papas, ni los aceites vegetales, ni el banano. ¿Qué son los triglicéridos? Los triglicéridos son grasas, al igual que el colesterol y constituyen la forma ideal para el almacenamiento de energía en nuestro organismo. En términos sencillos de entender los triglicéridos son los encargados de transportar la comida. Obviamente un trozo de carne no puede viajar por la sangre y por eso el hígado debe fabricar pequeños vagones para poder transportar la comida a todo el cuerpo. Estos vagones se llaman: triglicéridos. Según el Dr. Fernando Fabiani Romero, de la Unidad de Lípidos del Hospital Universitario Virgen de la Macarena, Sevilla, España: “Un hombre adulto y delgado tiene unos 15 kg de triglicéridos, lo que representa un depósito de energía suficiente como para vivir tres meses sin comer”. El lugar donde se almacenan se llama tejido adiposo y, además de servir como depósito, tiene otras funciones importantes. Por ejemplo, debido a que los triglicéridos son líquidos a temperatura ambiente, las capas de grasa alrededor de algunos órganos, como los riñones, actúan como una especie de almohadón líquido que proporciona una importante protección; también el tejido adiposo debajo de la piel determina que el aspecto físico de una mujer y el de un hombre sean diferentes, y actúa como una barrera al paso del calor entre el interior del cuerpo y el ambiente en una especie de aislante térmico. Existen dos fuentes importantes de producción de triglicéridos. Una de ellas es la fuente externa, es decir, los triglicéridos que ingerimos con los alimentos grasos y aceites vegetales, y otra es la fuente interna, que consiste en los triglicéridos que produce el hígado a partir del exceso de hidratos de carbono y azúcar; pero las bebidas alcohólicas elevan también los niveles de triglicéridos. De ahí la importancia de reducir el consumo de productos del maíz además de seguir una dieta bajo un balance saludable que contenga proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales, los cuales son totalmente necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo. La acumulación excesiva de tejido adiposo, que arriba mencionamos almacena los triglicéridos, conduce a la obesidad que se traduce por un aumento del peso corporal y se diagnostica utilizando la relación entre el peso y la talla de un individuo, es el índice de masa corporal o índice de Quetelet, en honor al científico que lo ideó, el matemático y estadístico belga Lambert Quetelet. Y como ampliamente expliqué en el capítulo 4, La Comida: Paradoja Sexual, la obesidad puede afectar seriamente la función sexual al aumentar el gasto energético, disminuir el tamaño del pene en el caso del hombre y profundizar hasta hacerlo casi inalcanzable el orificio vaginal en la mujer. Por tal razón, podemos afirmar categóricamente que el peso corporal es el segundo cimiento sobre el que descansa la buena ejecución del sexo.
LA AGILIDAD
El tercer cimiento de soporte de la sexualidad es la agilidad. El diccionario de la Real Academia Española define la agilidad como la cualidad de ágil; y el mismo diccionario define el ser ágil así: “Dicho de una persona o de un animal: Que se mueve o utiliza sus miembros con facilidad y soltura”. Y desde el punto de vista de la educación física se define como la capacidad para realizar cambios de posiciones con la mayor velocidad y economía posibles, lo que es con toda seguridad un complemento ideal para el ejercicio del sexo que implica desplazamientos y giros variables en función de posiciones distintas a veces casi acrobáticas, como la postura arqueada del Kama Sutra, para combatir el aburrimiento sexual y darle más vida a nuestra intimidad. Como podemos notar, es una cualidad que tiene que ver por un lado con la velocidad, que es una magnitud física que expresa desplazamiento de un objeto por unidad de tiempo involucrando los conceptos de celeridad o rapidez, y por otro lado con la elasticidad del cuerpo humano y la destreza o habilidad con que se hace algo. Todas esas características pertenecen a lo que en neurología, sicopedagogía y educación física denominan capacidades perceptivo-motrices en las cuales se necesita de un ajuste sico-sensorial para su ejecución y dependen de las habilidades neuromusculares. No obstante, la agilidad está presente también en el grupo de capacidades físico-motrices ya que como podemos ver se combina con la velocidad. En esto tiene que ver mucho el esquema corporal que no es más que la representación simplificada que el ser humano tiene de su cuerpo, es decir, es la idea que yo tengo de mi mismo cuerpo. André Lapierre, reconocida autoridad europea sobre educación física y autor del libro “Psicoanálisis y Análisis Corporal de la Relación” define el esquema corporal como “la representación mental que hace el individuo de su cuerpo, la conciencia que tiene de sus partes y de su unidad” y señala además de que un esquema corporal mal estructurado puede traer consigo problemas en lo que respecta a percepciones, motricidad y relación con los demás. La percepción que los varones tienen de su pene, es parte importante de la imagen o esquema corporal global, que como mencioné arriba, es la visión que tiene cada uno de su aspecto físico y lógicamente una imagen positiva hace a la autoestima y es vital en las relaciones íntimas. La vergüenza por un defecto físico, real o imaginario puede dificultar los acercamientos sexuales y además, otros aspectos de socialización como la práctica de algún deporte, por el miedo que produciría estar desnudo en un vestuario, por ejemplo. Los expertos aseguran que una imagen propia negativa produce dolor y angustia y cuando alguien teniendo una anatomía normal, por ejemplo del pene y no lo acepta, podría estar padeciendo de una distorsión cognitiva de su esquema corporal, una distorsión en su sistema de creencias, o un trastorno de ansiedad, entre otros problemas. Necesita ayuda de profesionales especializados como psiquiatras o psicólogos con experiencia en el tema. Si este tema lo preocupa, no dude en hacer la consulta. Es un tema tan importante como la vieja preocupación de los hombres, pero también de las mujeres sobre el tamaño de los genitales o de zonas de atractivo sexual como los pechos en las mujeres y el pelo en el pecho de hombres como el tenista profesional considerado por la mayoría de los grandes del tenis mundial y la prensa especializada como el mejor de todos los tiempos, el suizo Róger Federer. Con mucha frecuencia acuden a mi clínica varones de todas las edades preocupados por el tamaño de su pene, que en buena cantidad de ellos provoca dudas de su capacidad de poder satisfacer a la mujer, dudas que por un mecanismo sicogénico mediado por la noradrenalina se materializa en impotencia real a la hora de la acción. De ahí la importancia del concepto que uno tiene de su propio cuerpo para lograr una buena ejecución sexual. Si usted considera que su cuerpo es lento y torpe, seguramente nunca podrá tener un buen rendimiento en la cama y su pareja se decepcionará pronto. Un buen desarrollo del esquema corporal se fundamenta básicamente en conocer la forma externa del cuerpo; en saber cómo funcionan y como se pueden movilizar cada una de las partes del cuerpo; y adquiriendo conciencia de lo que significa el cuerpo, entendiéndose como un todo de mente y cuerpo. El dominio del esquema corporal facilitará una mayor riqueza motriz y le permitirá disponer de una más rica expresión con el cuerpo. Un buen desarrollo del esquema corporal vendrá determinado por un trabajo adecuado de varias capacidades como por ejemplo, la respiración y la relajación; pero es menester además que se informe sobre temas tan importantes como los valores normales de las dimensiones de los genitales, el comportamiento sexual y la frecuencia de coitos según los grupos de edad, el peso normal para su estatura y su índice de masa corporal, los ejercicios físicos adecuados para mantenerse ágil, la sicología de cómo enfrentar los cambios que el envejecimiento produce en nuestro cuerpo y nuestras facultades mentales, la capacidad de cómo enfrentar las preocupaciones y sobre la actitud positiva que debemos desarrollar en nuestra vida personal y de relación. En el acto sexual son evidentemente importantes también tanto la velocidad como la flexibilidad, y no es que necesitemos transformarnos en hombres y mujeres atléticos olímpicos ni acróbatas circenses; sino que desarrollemos las habilidades mínimas para llegar a un final sexual feliz. Hay algunos factores que influyen en la velocidad como la intensidad del estímulo, la concentración, el grado de entrenamiento y la edad. Una terrible realidad es que la sexualidad se parece a la llama de una candela que se extingue lentamente a medida que se le acaba el oxígeno. Si usted no practica el sexo, este se extinguirá lentamente, como la llama de la candela, sin que usted se de cuenta ni tenga conciencia de ello, de tal forma que su ausencia no le ocasionará inconvenientes. Pero recuerde que existe suficiente evidencia científica de la que discurrí en el capítulo uno El Sexo es Mi Vida, que demuestra los beneficios del ejercicio sexual. Recuerde también, que la única profilaxis o prevención de la impotencia sexual en los hombres mayores de 50 años, y de la excitación sexual en las mujeres es tener sexo tanto como sea posible, porque en sexualidad humana, la ley biológica de Lamarck es una realidad, ¡órgano que no se usa se atrofia! Aunque al tener relaciones sexuales, como dije arriba, entran en juego casi todos los órganos del cuerpo, al enfocarnos en el área de la cintura para abajo, realmente existe toda una estructura neuromuscular del sexo, que realiza un trabajo intensísimo en el mero momento del coito. Algunos han calculado que en función de la cantidad de veces por minuto que un pene de tamaño promedio entra y sale de una vagina de alrededor de 120 veces por minuto, se alcanza una velocidad de 108 kilómetros por hora. La velocidad de los movimientos en esos momentos puede significar el éxito o el fracaso en alcanzar el orgasmo por parte de la mujer y el orgasmo y la eyaculación por parte del hombre. Y la velocidad, como dije arriba, depende en gran parte de la capacidad de contracción muscular, la indemnidad nerviosa, el peso corporal y la motivación emocional. La flexibilidad, que es la cualidad que con base en la movilidad articular y extensibilidad y elasticidad muscular permite el máximo recorrido de las articulaciones en posiciones diversas, posibilita al sujeto a realizar acciones que requieren gran agilidad y destreza, es un acompañante natural de la agilidad. Aunque las mujeres tienden a ser más flexibles, los hombres pueden mejorar esta condición con adecuado ejercicio físico. Si usted, sea mujer o sea hombre, quiere desarrollar una sexualidad saludable, entretenida y satisfecha, debe comenzar hoy mismo a practicar las 64 posturas del buen sexo que describe el Kama Sutra, para lo cual deberá ser ágil y flexible. No olvide que el tercer cimiento de la buena ejecución sexual es la agilidad.

LA MOTIVACIÓN EMOCIONAL
El cuarto y último fundamento o cimiento del buen sexo es algo que para los militares es de suma importancia en el combate: la motivación emocional. Pero no sólo para los militares, sino para todas las personas la motivación es el impulso que nos hace saltar los obstáculos y salir adelante en la vida. Para cualquier hombre obeso es muy difícil en extremo realizar sus ejercicios y sus dietas para bajar de peso si no tiene una real motivación para ello. Y la mejor motivación es el sexo y la vida misma. El poder ejecutar un buen sexo y las ganas de vivir se juntan como los mejores motivos para lograr casi cualquier cosa. El afamado escritor estadounidense Dale Carnegie, en su libro Como Suprimir las Preocupaciones y Disfrutar de la Vida, al explicar su teoría del cansancio, cuenta la historia de una mujer joven que una noche al llegar a su casa tan cansada por las intensivas horas en su puesto de trabajo no quiso ni siquiera cenar por irse directamente a la cama, cuando repicó el teléfono y su madre le dijo que era su novio quien preguntaba por ella para salir a cenar y bailar: la joven, de inmediato saltó de la cama y con mucha agilidad y diligencia se arregló en un segundo dispuesta a esperar a su amado. El cansancio desapareció como por arte de magia y no sólo eso, sino que regresó hasta mucho después de pasada la media noche muy feliz y alegre. El inteligente, astuto y versátil Carnegie nos quiso dar la lección del siglo: el cansancio es mental y no físico. Por supuesto de que él se refería a aquellas situaciones en las que el aburrimiento y el cansancio son la consecuencia de la pérdida de la motivación emocional, pero sin saberlo nos adelantó ese dato que hoy conocemos con mayor claridad con los nuevos conceptos de la inteligencia emocional. Creo que no existe un modo tan duro de vivir como la vida de los militares. No sólo por el impacto que los horarios de entrenamiento y de trabajo tienen sobre la vida familiar, sino también por las largas horas que pasan solitarios en los cuarteles, las bases militares, los mares y en las montañas y la angustia que provoca el temor ante el peligro y la posibilidad real de perder la vida en el combate. Si existe un escenario de intenso trabajo para sicólogos y siquiatras es el área militar. De hecho, los proveedores de servicios de salud mental militar a diario se enfrentan a situaciones de traumas sicológicos agudos y la posibilidad de deserciones masivas, por lo que continuamente están planeando, programando y realizando charlas sobre motivación para todas las fuerzas terrestres, aéreas y marítimas. Dichas actividades adquieren mayor vigor durante las mismas guerras, y los sentimientos y esfuerzos por seguir adelante en el combate son reforzados con eslóganes y consignas que animan al triunfo y canciones y marchas militares que inundan el pecho de patriotismo. Todo eso para generar una motivación emocional. Como dije arriba, la motivación es de aplicación general, y en el caso laboral y los negocios ocupa un inmenso lugar en importancia para lograr el cumplimiento de metas de trabajo y en mercadeo y ventas. Pero ¿qué es la motivación? En psicología y filosofía, motivación son los estímulos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación, y es un término que está relacionado con voluntad e interés. En otras palabras, la motivación puede ser considerada como la voluntad para hacer un esfuerzo por alcanzar las metas, condicionado por la capacidad del esfuerzo para satisfacer alguna necesidad; es el impulso que inicia, guía y mantiene el comportamiento, hasta alcanzar la meta u objetivo deseado. El motor de la motivación es la pasión que es totalmente emocional y que se puede definir como un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto. Así, pues, la pasión es una emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo. Pero existe algo más en relación con la motivación y es que se sabe que los factores emocionales tienen incidencia en las fuerzas musculares. El uruguayo Jorge de Hegedüs, egresado del Instituto Superior de Educación Física de Montevideo y Profesor de Educación Física y Entrenador Nacional de Atletismo, en su libro Enciclopedia de la Musculación Deportiva, al hablar de la incidencia de los factores emocionales en la fuerza muscular dice: “Los diferentes estados espirituales repercuten en cierta medida sobre el sistema nervioso y endócrino, con alteraciones en el rendimiento muscular, como es el caso de la fuerza”. El Prof. Hegedüs hace mención en su libro del Dr. Theodor Hettinger que llama a esta reacción emocional fuerza muscular de reserva. Según Hettinger, esta capacidad de manifestación de fuerza muscular se expresa únicamente en determinadas circunstancias o condiciones síquicas, por ejemplo, en una competencia reñida o en un arrebato momentáneo. El acto sexual como actividad humana, para su ejecución, conlleva un ejercicio físico como cualquier otro, que involucra, como mencioné arriba, vigor corporal, fuerza muscular, agilidad y flexibilidad. Y si bien, muchas otras actividades del ser humano requieren de un aditivo emocional para lograr las metas, en el ejercicio de la sexualidad, tal aditivo emocional, con el nombre de deseo sexual deja de ser un aditivo para convertirse en el elemento más importante de la ejecución sexual constituyendo casi la esencia misma del sexo. El impulso sexual es la llave que abre la posibilidad de alcanzar un orgasmo en hombres y mujeres; es donde inicia el ciclo de respuesta sexual humana, y debe ser lo suficientemente grande como para echar andar toda la maquinaria neuromuscular y que ponga en juego todo el cuerpo humano para manifestar en su máxima potencia la fuerza muscular de reserva que lleve al clímax orgásmico de felicidad. Un cuerpo femenino hermoso, un rostro bello, un par de pechos exuberantes, unas caderas excitantes, unas piernas bien formadas, una mujer nueva, una mujer joven y un inmenso amor, pueden ser entre otros ejemplos, una motivación muy poderosa para los hombres, así como también, un hombre sexy, un varón fuerte y seguro de si mismo, un líder, un hombre que garantice seguridad y apoyo económico, un hombre de manos firmes, un hombre que sepa moverse rítmicamente con la música y sepa llevar bien a su pareja al bailar y un inmenso amor, pueden ser entre otros ejemplos también, una motivación muy poderosa para las mujeres.
Al igual que la mujer de la historia que narra el gran Carnegie y los militares, la relación coital necesita de una motivación, de un impulso que proporcione la fuerza suficiente para llegar al final. Necesidad de motivación que se va tornando más evidente a medida que se van desgastando las fuerzas que inicialmente unieron a la pareja; desgaste que en muchos casos es muy difícil de evitar porque es el resultado del transitar por la vida misma, como los problemas familiares, con los suegros, las cuñadas, los hijos; los problemas laborales y financieros; y los cambios biológicos provocados por el envejecimiento, todos, ya sea por separado o conjuntamente pueden ir dañando poco a poco la intimidad, que es el elemento emocional que da sustento a una relación de pareja, llegando a transformar el amor perfecto inicial, según la teoría del Dr. Robert J. Sternberg, que expliqué al final del capítulo uno El Sexo Es Mi Vida, en un amor de tonto que rápidamente puede evolucionar, al perderse la pasión, a un amor vacío unido solamente por un frío compromiso. En esas circunstancias y, al menor asomo del principal síntoma del enfriamiento de las relaciones de pareja que es el aburrimiento, se hace enfáticamente necesario inyectar de urgencia una elevada dosis de motivación emocional. Los estímulos motivacionales evidentemente pueden ser tan variados como variados son los deseos y necesidades personales y van desde la simple intención de recordar momentos felices hasta el desborde exótico de pasiones en los intercambios de pareja y orgías sexuales. Algunas mujeres eventualmente permiten a sus esposos una cierta libertad para echar una cana al aire en una relación pasajera intrascendente con una mujer joven, con el propósito de abrir una llave de escape y bajar las tensiones provocadas por las fantasías sexuales que emergen de lo más profundo de nuestro cerebro por acción de la testosterona, al igual que algunos hombres permiten lo mismo a sus esposas. Después de los cincuenta años, por efecto de los cambios hormonales de la edad, la andropausia y la menopausia, las fuerzas musculares y la energía disminuyen, entonces al momento de hacer el sexo se requiere utilizar lo que el Dr. Theodor Hettinger denomina la fuerza muscular de reserva, pero esto exige que haya una fuerte motivación que dé la fuerza muscular suficiente para pegar el enorme salto inesperado. ¿Qué puede ser esa motivación? La alcoba o el cuarto es el escenario de trabajo de la pareja sexual y debe estar equipado con los instrumentos básicos para la ejecución de un buen sexo: un CD player (reproductor de discos compactos) y un espejo de cuerpo entero, cuyo precio es totalmente alcanzable por cualquier pareja que desee ser feliz en la cama. ¡Nada mejor y más barato que un video erótico y un espejo al momento de hacer el amor! Puede agregar una mesita en la que se disponga de un vaso de jugo de fruta granada, una edición ilustrada del Kama Sutra, un tubo de jalea lubricante y un frasco de pastillas Viagra. Una buena iluminación es indispensable para que el varón aprecie con amplitud las atractivas formas del cuerpo femenino y jamás coloque un abanico hacia el lecho conyugal, pues el aire que expele reseca la piel corporal y las mucosas genitales así como las secreciones vaginales y penianas que son el caldo de la felicidad sexual.
En mi práctica de medicina sexual muchos de mis pacientes se quejan de pérdida del interés sexual con impotencia y al conversar con ellos he encontrado que sufren de una enorme desmotivación que los limita, provocándoles sensación de desánimo con la autopercepción de incapacidad para generar los resultados deseados. Ellos podrán gozar de vigor corporal, fuerza muscular, agilidad y flexibilidad, pero les falta el motor de la pasión que mueve montañas. ¡Están desmotivados! Han perdido el interés en el sexo. Y es menester diferenciar la pérdida del deseo sexual por causa de la disminución de la hormona del sexo, la testosterona, en la sangre de hombres y mujeres, de la pérdida de la motivación emocional. Esto es un asunto que tiene que ver con las emociones, las gratificaciones, los reflejos condicionados, las relaciones interpersonales, la atracción sexual, el gustarse y el amor. Las causas de la desmotivación en las personas son muy variadas y hay que buscar en la estimulación que recibe o ha recibido, en factores familiares, pero también en el medio social y económico. ¡Sin motivación no hay sexo! La ayuda profesional es de vital importancia en estas situaciones y definitivamente nunca estando desmotivados podremos cumplir con el deber conyugal. Decía un pastor evangélico de origen cubano que vivió en Nicaragua hace muchos años, el Rev. Mario Casanella, hombre ejemplar, gran amigo y gran cristiano: “vuelvan a enamorarse”. Cuando la atracción, el gustarse y el amor fallan, sólo quedan dos caminos: o volver a enamorarse o decir adiós. La revisión de mis historias clínicas revela que aquellos que no hacen lo uno ni lo otro, pasan a formar parte de la gran masa de población amargada y silenciosamente sufrida, conformada por seres humanos que se martirizan ellos mismos y martirizan a sus allegados. Si es su caso, busque ayuda en consejeros matrimoniales certificados y reconocidos profesionales honestos, o busque la ayuda de su asesor religioso.
Por todo esto, puedo afirmar categóricamente que la motivación emocional constituye el cuarto cimiento sobre el que descansa la buena ejecución del sexo. Los cuatro cimientos de la buena ejecución sexual o del buen sexo, el vigor corporal, el peso corporal, la agilidad y la motivación, que evidentemente garantizan una saludable condición física y mental, proveen la base de sustentación sobre la cual se levanta la pirámide del sexo. Por encima se puede construir la superestructura sexual que debe incluir caricias, besos, abrazos, estímulos visuales, juguetes sexuales, fantasías, espejos y el coito mismo con su necesaria y feliz consecuencia, los hijos, que son la alegría del hogar.

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